Por Alba Torres, miembro del equipo de Baud.
Sí, la tecnología nos está deshumanizando.
Niños que no salen a jugar a la calle, reuniones con amigos en las que nadie habla, eventos en los que solo nos preocupamos de sacar la mejor foto, gente que vive pegada a una pantalla…
Pero en apenas cuestión de unos días, nuestra relación con la tecnología y el uso que le damos ha cambiado radicalmente.
Seguimos utilizándola como una herramienta de trabajo y de ocio individual, pero hoy, también la hemos transformado en algo más, la hemos dominado para ponerla a nuestro servicio, la hemos convertido en algo cálido y cercano.
Y lo hemos hecho nosotros, las personas.
La tecnología se ha convertido en el beso que le das a tu madre, en el abrazo de tu hermano y en las largas charlas que tienes con tu padre. Se ha convertido en las quedadas para tomar una cerveza con los amigos, en el café por la mañana con los compañeros del trabajo.
Porque hoy, una llamada de teléfono te hace sentirte cerca de los tuyos y te llena de nuevo de energía.
Por eso, la tecnología estos días es más humana que nunca, porque nosotros la hemos humanizado, y necesitamos que siga siendo así. Porque, como dijo Arthur C. Clarke: “Cualquier tecnología suficientemente avanzada es equivalente a la magia”.
Continuemos usando la tecnología para que, aún estando lejos, nos sintamos muy cerca.