El arte y las marcas


Por Clara López, miembro del equipo de Baud, en colaboración con Eva Mauricio, artista, y Elena Yélamos, historiadora del arte.

Una obra de arte y casi infinitas formas de emocionarte con ella.

Personalmente me encuentro en una etapa de confinamientos mesetarios en los que añoro la misma sensación que reconozco en esta obra

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. El abrazo del mar, el juego con él, la entrega a la sensación de ingravidez. Incorporo así esta obra a mi vida y mi etapa por necesidad vital. Se llama INGRÁVIDA IV (2018), pertenece a la serie que lleva su mismo nombre, es de la artista Eva Mauricio y en cada uno puede despertar matices diferentes.

El arte es capaz de despertar muchas y muy distintas sensaciones y matices.

Es aquello que nos hace humanos desde la prehistoria, la expresión por la expresión, la estética por la estética. Eleva lo que toca, quizás porque se crea desde, y llega hasta, lo más profundo del ser humano y la conexión entre nosotros.

Las marcas, sobre todo aquellas más exquisitas y que más historias tienen por contar, toman a menudo obras y códigos del arte, eso sí, desde un enfoque cuidadosamente estratégico, consiguiendo elevarse, multiplicando sus significados y conexiones con sus públicos.

Con el fin de hacernos más preguntas y no necesariamente conseguir más respuestas en torno al complejo e interesante debate del arte y su ‘apropiación’ por parte de las marcas, contamos con el punto de vista de dos profesionales excepcionales.

Eva Mauricio y Elena Yélamos.

Eva es la artista de la obra que abre la publicación

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. Licenciada en Bellas Artes por la Universidad de San Carlos en Valencia y nacida en la pequeña ciudad costera de Águilas (Murcia), la inquietud artística de Eva nació en su niñez. Su abuelo Ernesto, veterinario, vacunaba a los animales de los circos ambulantes y en pago por sus cuidados, solía recibir entradas para la función vespertina. Eva dibujaba aquellos personajes circenses y su abuelo, orgulloso, los exhibía colgados a través del cristal de su clínica. Tras esas primeras exposiciones, vinieron y aún vienen muchas otras, haciendo suyo el deseo de Matisse: «quiero que la gente preocupada, fatigada por el exceso de trabajo, tenga una sensación apacible cuando contemple mis pinturas».

Elena es coordinadora de proyectos culturales. Licenciada en Historia del Arte y especializada en la gestión de museos y espacios artísticos con el Máster en Museos y Patrimonio Histórico Artístico por la Universidad Complutense de Madrid, cuenta con experiencia en distintas instituciones culturales y colecciones de arte en países como España, Italia y Estados Unidos.

Abrimos el debate para su aportación experta y complementaria en dos partes. En la primera, nos ayudarán a profundizar en el arte en sí, su visión sobre el estado actual y futuro. En la segunda, nos compartirán su opinión y ejemplos sobre la relación entre el arte y las marcas, desde un punto de vista de imagen hasta otro de producto. Comencemos.

Eva, Elena, ¿cuál es vuestro punto de vista sobre el estado actual del arte y vuestra visión a futuro?

Eva, artista:

Es difícil hablar del momento actual del Arte porque necesitamos tomar distancia, cierta perspectiva para poder concretar lo que está sucediendo en el presente. Sin embargo, sí que hay algunos aspectos fácilmente observables y que podrían ser rasgos distintivos del arte actual. A nivel institucional destaca el reconocimiento al trabajo de mujeres artistas que estuvieron olvidadas durante mucho tiempo y que ahora se les rinde un homenaje póstumo a través de grandes muestras en museos. También ha aumentado la presencia de mujeres en concursos, charlas y exposiciones. El discurso feminista junto al que defiende el medioambiente son recurrentes hoy en día.

En el polo opuesto, presente en la obra de pintores que sigo, sobre todo en redes sociales, vemos que su tema es precisamente la ausencia de este. Como si hubiésemos llegado a un punto en el que ya no es posible dialogar con el espectador sobre las mismas cuestiones de siempre bajo otra apariencia y lo que se muestra es banal, ocurrente…

Por último, cabría nombrar el arte creado mediante el uso de la tecnología que ha encontrado un lugar dentro de la miscelánea de estilos que conviven en las galerías. Aunque aumente el número de artistas que hagan de este medio su forma de expresión, no creo que la pintura tradicional, tantas veces muerta y resucitada, o el resto de las artes desaparezcan. O eso espero.

Elena, historiadora del arte:

En este momento el arte se encuentra en una situación incierta y es complicado predecir hacia dónde va a evolucionar.

La pandemia ha roto los esquemas de la forma de consumir arte debido a las limitaciones que hacen que sea complicado asistir a una exposición. De este modo, las instituciones y agentes artísticos han tenido que renovarse a pasos agigantados para seguir acercando la creación a los espectadores. Estas nuevas iniciativas, basadas en su mayoría en los medios digitales, permiten acceder a un público mucho más amplio – y sin las barreras del tiempo y el espacio – a las obras de arte. Sin embargo, también hacen que se pierda el contacto directo con la obra y esa experiencia casi ‘mística’ que se genera ante ciertas piezas. Es posible que este modelo mixto se prolongue en el tiempo y que aparezcan nuevas alternativas a las grandes exposiciones ‘de masas’ que permitan al público disfrutar de un contacto más directo e íntimo con la obra de arte.

Sí se puede afirmar que el arte va a seguir teniendo un papel fundamental en la sociedad ya que esta situación ha demostrado que las personas, en tiempos de crisis, buscan formas de evadirse y el arte, como Clara ha comentado con la obra de Eva, y como se ha podido ver en las reaperturas de las instituciones, es una vía de escape y su experiencia es de lo que más se echa de menos.

Nota de Baud: para profundizar en el futuro del arte y la cultura, puedes leer nuestra publicación relacionada.

Hablemos de marcas, arte y artistas, ¿cómo se relacionan y alimentan mutuamente?

Eva, artista:

Las aportaciones de grandes pintores al diseño de marcas han sido muy frecuentes. El ingrediente principal es la creatividad aplicada en este caso a la imagen de una determinada empresa o institución. El diseño tiene su propio lenguaje basado en el ‘menos es más’. Una marca es como un cubito de caldo, mucho sabor concentrado. Y un reto para los artistas que, al fin y al cabo, somos contadores de historias.

Elena, historiadora del arte:

Se me ocurren interesantes colaboraciones de marcas con artistas plásticos también en el ámbito del diseño de producto, como por ejemplo los pañuelos que realizó Julio LeParc en colaboración con Hermès o la reciente campaña llevada a cabo por la bodega Otazu en la que, cada año, realizan una cosecha en colaboración con un artista, el más reciente, el escultor madrileño David Magán que ha diseñado un original envase-escultura para la botella.

De este modo, las marcas buscan elevar la categoría de sus productos, convirtiéndolos en algo ‘más exclusivo’ a la vez que permiten una cierta democratización al dar acceso de un público más amplio a un objeto con categoría artística, que no es, además, la obra de arte convencional.